sábado, 26 de septiembre de 2009

Aún me cuesta reconocerme en un espejo, aún me duele algo al despertarme día a día, sigo sin entender muchas cosas. Aún no soy un escritor, ni es probable que me vuelva uno sólo con acudir a talleres y escuchar las críticas, a veces más malas que buenas. Pero lo más importante es que aún puedo ser feliz algunas veces, caminando crudo por las calles de Aguascalientes, comiendo una nieve de garrafa en el jardín de San Marcos, una felicidad sencilla, infantil, que íncluso un rostro Asimétrico como el mío puede sonreir.

jueves, 17 de septiembre de 2009

LA MOSCA EN LA RED

La difunta revista musical la mosca en la pared renace cual fenix moscoso en el sitio la mosca en la red


Aunque siempre se extraña tener la revista entre las manos, el concepto sigue muy fiel a lo que era por lo que es recomendable visitarla, la página luce bien a secas, y la mayoría de los colaboradores siguen ahí.


En fin, ya les pase el dato y ojalá más de uno se emocione o se ponga nostálgico como yo.

domingo, 6 de septiembre de 2009

plagio del plagio del plagio

Un cuento que escribí para un taller de la fac. las restricciones eran que dieron la primaera frase, una intermedia y la final, teniamos que aplicarlas exactas, este fue el resultado y agradecería sus comentarios:

LA ESPERA

Con disculpas a Julio Torri y Salvador Elizondo

Una fría neblina llegaba desde la bahía atravesando los bosques, flores marchitas mezcladas con algas y basura era arrastradas por las olas a la orilla de la playa. El cielo no se distinguía del mar en el horizonte: formaban un solo tono turbio de gris: Era inminente una tormenta, una tan grande como no se había visto en siglos. Ella sonrió, quizá habría llegado el momento de tener compañía.

Las gaviotas volaban inquietas sobre ella, indecisas entre esperar alimento o resguardarse, ella permanecía estática ante el mar embravecido, como una escultura de mármol: esperando, tanto tiempo esperando.

La vieja embarcación apareció a la vista, parecía el grabado de un libro antiguo. Ella se emocionó a tal grado que empezó a cantar. Había pasado una eternidad desde que escuchó su voz. Eufórica agitaba los brazos mientras berreaba su melodía. Había olvidado cuánto tiempo ha permanecido sola.

Un hombre, destacándose de los demás, se tiró un clavado, la tripulación no es capaz de impedirlo. Nadó velozmente hasta llegar a donde ella se encontraba, al salir del mar movió la cabeza con lentitud, sonriendo y sudando la miró a los ojos y se abalanzó sobre ella.

Ella no supo qué hacer, qué decir, había esperado tanto por este momento que su realización no le parecía más que un cruel y extraño sueño. Empezó a reír pensando que de las infinitas posibilidades de su historia ésta era la menos probable, la más inverosímil. Ulises la empujó hacía atrás temeroso de esa risa sicótica. Ella se sintió avergonzada, si por lo menos no hubiera cantado para él, que lo hubiera dejado pasar, habrían resistido la tentación. Ahora estaban destinados a pasar el tiempo que les quedase juntos. Sin embargo, algo interrumpió sus pensamientos, la curiosidad por fin le hizo hablar, de todas las mujeres en su vida había una que lo amaba más que a nadie.

–¿Por qué abandonaste a Penélope? ¿Por qué regresaste al mar?

Ulises agachó la mirada, su viejo rostro se llenó de dolor. El Viento comenzaba a elevarse más y más.

–Pasaron los años y ella no me pudo reconocer. Sigue hilando y deshilando, sigue esperándome.

La sirena se sintió defraudada, quiso darle la advertencia de que su canto era estúpido y monótono, que ella misma olía a algas y pescado. Que era la última y no le quedaría mucho tiempo. Pero sólo pudo articular algunas palabras, tratando de explicarse:


–Conmigo no te espera nada bueno, nadie conocerá esta historia,
ningún rapsoda cantará sobre nosotros. Si estamos juntos sólo nos queda esperar… –Un trueno interrumpió su discurso y algunas gotas pesadas cayeron sobre su rostro. –Esperar, –repitió una vez más –esperar a que nos lleve la muerte y el olvido.

Ella comenzó a llorar con la confianza de que sus lágrimas se perderían bajo la lluvia. Él la abrazó fuertemente, la miró de nuevo a los ojos y sonriendo le dijo:

–Muy bien, entonces llévame.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

HAY CAÍDAS DE LAS QUE UNO NO SE LEVANTA COMPLETO

Todavía antier escupí un pedazo de hueso, una astillita de una muela. Hoy me dí cuenta de que ya no seré como antes, por más rehabilitación, sólo queda el derrumbarse en cámara lenta. Siento que estoy parado en un sólo punto mientras todo continúa sin mí, para qué levantarse entonces. A veces el escribir ayuda pero y luego qué?
Muchas de las cosas fáciles ahora son complicadas. Jaquecas diárias. Dolor de espalda. Todo débil. Sin embargo, mañana habrá que levantarse de nuevo, ¿Por qué? No estoy muy seguro, dicen que lo que no te mata te hace más fuerte, yo no lo creo, uno mismo es el que debe fortalecerse o solo (sólo) intentarlo.
 
Free Hit Counter