sábado, 26 de septiembre de 2009

Aún me cuesta reconocerme en un espejo, aún me duele algo al despertarme día a día, sigo sin entender muchas cosas. Aún no soy un escritor, ni es probable que me vuelva uno sólo con acudir a talleres y escuchar las críticas, a veces más malas que buenas. Pero lo más importante es que aún puedo ser feliz algunas veces, caminando crudo por las calles de Aguascalientes, comiendo una nieve de garrafa en el jardín de San Marcos, una felicidad sencilla, infantil, que íncluso un rostro Asimétrico como el mío puede sonreir.

4 comentarios:

Bernardo Araujo dijo...

la puta vida también puede ser cursi... verdá que sí.

j silva dijo...

Ja, sí, no mames, pero sólo queda aferrarse a esos detalles.
Saludos carnal, nos vemos en uno o dos meses.

salamanca81mx dijo...

A veces pienso que entiendo a Dios, cuando recuerdo tu carilla sonriente de la última vez que Dany tu y yo pudimos jugar sin egos; aunque me doy cuenta de que luego, cada quien nos complicamos y nos rebuscamos queriendo sonar interesantes, sofisticados, adultos; y debiera ser tan simple como voltear al cielo a ver una nube pasar y conectarnos a una felicidad honesta, simple y pura.


Recibe un abrazo hermano.

Dan d'O dijo...

Es graciosa tu concepción del tiempo: hablas como un joven que aún no se alcanza a sí mismo o al "ser escritor" que quiere llegar a ser, pero también como un viejo al que le quedan pocas cosas...

 
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