sábado, 9 de mayo de 2009

Otro cuento de hace unos años (2006, creo)

LA SALIDA
… despierto. Me duele todo el cuerpo. No dormí bien, seguramente he tenido un mal sueño, pero lo único que recuerdo es a mi hermano, diciéndome ¡Cuidado con el gato! Me pregunto si será una premonición. No importa, debo apresurarme o llegaré tarde a la escuela. Me visto, tomo mi mochila y salgo corriendo. El autobús está dejando la parada, lo persigo una media cuadra hasta que me deja subir. Hay un tráfico terrible. Llego media hora tarde, usualmente sólo son quince minutos. Subo corriendo las escaleras pero me encuentro con que no hay clases. Hoy no tendremos ninguna actividad académica porque habrá un concierto de Rock, dijo el director de la facultad agitando la cabeza. Sí que es una buena escuela.

Los músicos se preparan detrás del escenario improvisado, pulen, prueban y afinan sus instrumentos. Beben cerveza y calientan sus dedos. Los técnicos también se preparan sobre el escenario, pulen, prueban, y afinan bocinas y micrófonos. Todos beben más cerveza. Uno, dos, tres, probando, dos, dos, probando probando. Sí, bueno, sí, sí, buenosiiii. Me regañan por jugar con el micrófono.

Voy a ver a mi amigo, es el guitarrista, se llama Adán, le dicen dios, no sé por qué. Él tampoco. Necesito tu ayuda, me dice, Hace mucho que no tocaba y cometí un error de principiante, olvidé a Cassandra (así se llama su guitarra) y estoy demasiado ebrio como para bajar hasta mi casa. Me mira muy serio y exclama, Te encomiendo esta misión divina, ve y recuerda que encontrarás muchos enemigos y tentaciones a tu paso.

Ya de salida vi a mi hermano, me saluda levantando la cerveza y murmura algo con ebria voz, algo como Cuidado con el gato. ¿Qué? ¡Que nos vemos al rato güey! Es muy triste llegar a algún lado cuando ya todos están alcoholizados. Por otro lado lo que dijo mi hermano me recordó mi sueño, sin embargo, ¿será eso posible?

Camino a la casa de Adán, veo un carnaval, hay atracciones de todo tipo, pero hay una que me pasma. Un laberinto con un ratón en el centro. El ratón eventualmente encuentra una salida sin saber que ésta lo lleva a un laberinto más grande, extraordinario. Si yo fuera ese roedor la única salida sería morir. Pensé que era el único observando pero al girar casi tropiezo, ahí estaba, era un pequeño minino marrón con ojos verdes enormes. Claro, ahora lo entiendo, Cuidado con el gato, seguramente significaba ¡No lo pises!, es pequeño y frágil. Me agacho a recoger al bichito, lo tomo entre mis dos manos con cariño, pero me muerde y rasguña con una fuerza incapaz de provenir de aquel cuerpecito. Huye rápidamente. Claro, ahora sí lo entiendo, Cuidado con el gato.

Tengo que apresurarme para llegar por Cassandra. Al ir corriendo me tropiezo con un hombre en traje, es grande, el choque es fuerte pero sólo yo caigo. En el suelo me doy cuenta que usa una máscara, la de Blue demon. ¿Estás bien? Sí, contesto y salgo corriendo. Que extraño, no se supone que haya luchas por acá ni en estas fechas.

Después me encuentro con la mujer más hermosa de la facultad, me llama mientras sostiene una caguama en cada mano. Mmm, tengo algo de sed… No, no puedo fallarle a Adán. Empiezo a correr con más fuerza para evitar la tentación. A las dos cuadras me detengo. ¡Qué mal está mi condición física! Un hombre en traje vende helados, es un falso Mil máscaras. Viene hacía mi, por lo que decido trotar de nuevo. Corto el trayecto atravesando un parque, un trajeado en una banca lee un periódico, de reojo veo un destello plateado. Demonios, también un falso Santo. Sé que son impostores, soy fanático de las luchas y estoy seguro, ellos no son los verdaderos ídolos del pancracio.


¿Qué está sucediendo? Nada tiene sentido. Subo al callejón. Entro a la casa. Tomo la guitarra. Olvidé cerrar la puerta. Tres luchadores falsos entran detrás de mí. El pequeño gatito marrón entra detrás de ellos. Creo recordar algo… déjà vu… inverosímilmente el gatito se para en dos patas, y dice Has sido un estorbo para la organización, no dejaremos que te lleves a Cassandra, dispárenle muchachos. Los gladiadores jalan el gatillo de sus armas. Recibo múltiples disparos. Muero. Ahora lo entiendo todo. Cuidado con el gato. En el morir encontraré la salida. Veo mi sangre derramarse sobre el piso mientras ensucia la cubierta reluciente de Cassandra, después cierro los ojos. Después… despierto. Me duele todo el cuerpo. No dormí bien, seguramente he tenido un mal sueño, pero lo único que recuerdo es a mi hermano, diciéndome ¡Cuidado con el gato!

1 comentario:

TOMADOR ASIDUO dijo...

Joto, vuelta k vuelta cir culo vicioso de los luchadores

 
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