viernes, 6 de noviembre de 2009

El otro día fui a gto

En el cervantino, y no pude reconocer a un cantinero porque se rasuró el bigote, él en cambio, a pesar de las cicatrices, se acordó de mí.

Ningún hombre puede beber dos veces de la misma michelada

2 comentarios:

TOMADOR ASIDUO dijo...

Tu carnal jotillo se fue corriendo un día antes, tenía ganas de quedarme a pistear, pero el miedo eterno que tengo a una promesa rota a mi morra es bien poderoso. A la otra puterre, ya ve guardando para las titulaciones.

j silva dijo...

wey pues avisen con tiempo y ojalá

 
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